El fin de semana, entre dormitar y abrazarlo, y casi de la nada, me puse a pensar en voz alta, decir lo que me hacía sentir esta realidad malcriada. Más de una vez -debe ser el ocio- miro mi vida, tan-armada tan-feliz tan-cómoda, dedicándome al regaloneo casi más que a mi memoria de título, y me doy asco. Me impresiono de la burguesía en la que me encuentro tan tranquilamente alojada, y agradezco el bombardeo noticioso que Yerko mantiene desde el sur, contándonos en sus propias palabras, con fotos, documentos, explicaciones, declaraciones y noticias, las enormes atrocidades que Celco hace sin ningún tipo de respeto por las personas comunes y corrientes, y a la vista complaciente de la Conama: una mamá que deja que el hijo patalee porque le da lata castigarlo.No es sólo Celco, no es sólo Pascua Lama, no es sólo Endesa, no son sólo los grandes nombres que llegan a la tele y a los diarios masivos. Son tantos los atropellos ambientales, tantos los problemas por solucionar, está todo el sistema tan podrido, está tan la cagá ...... que de verdad abruma.Se me ocurrió estudiar la carrera que debe "conciliar el crecimiento económico con el cuidado de los recursos naturales de nuestro país". Las pelotas, suena tan utópico como lo es. Es demasiado el desastre, es demasiada la plata, la presión, el poder de algunos como para que esta máquina pueda detenerse, o arreglarse, y siento una pequeña responsabilidad cuando leo todo esto, porque se supone que yo me preparé en la más prestigiosa universidad del país para tratar de solucionar estas cosas, desde pequeños dilemas hasta grandes lineamientos políticos. Veo los más de diez millones de pesos que me ha costado y me seguirá costando esta carrera y me siento engañada. La intención de la gente que creó mi carrera no sé cuál será, la mejor, espero. No es el tema que quiero discutir... Es lo triste y pequeña que me siento cuando leo con un mínimo de detención las noticias espantosas de nuestro país, que esconde todos los problemas debajo de la alfombra, y llena a la gente con compensaciones. Qué cosa más terrible son las compensaciones... dilema ético.Basta con leer un par de noticias en los diarios locales, y es imposible que no se te arrugue el corazón como pasa, que no te baje una sensación de que estamos perdiendo el tiempo en huevadas cuando hay tantos lugares donde hay que luchar para mantener un medio ambiente libre de contaminación, para que las personas sean tratadas como personas, con dignidad. Y al mismo tiempo una sensación de que no se puede hacer nada ante tanto poder metido en todos lados. Luego, el sentimiento de pequeñez ante los que hacen lo que quieren se transforma en una rabia tremenda, en unas ganas de criticar y apedrear a unos cuantos, en desearle mal al prójimo y tantas cosas más. ¿Es tan malo desear el mal ajeno de esta forma?[Pésima redacción. Sucede cuando tengo tanta rabia]